Espectaculares vistas desde la plaça de les Neus, a lo alto de la Rambla, las primeras explosiones, ya dejaban ver que no se iba a ahorrar en pólvora.
La gente empieza a descender por la rambla principal, se acercan los dimonis!
La multitud se mezcla con los dimonis, ataviados con mangas largas, sombrero de paja y gafas de sol (cosa que no se puede decir de este novato que habla).
En esta foto, se puede apreciar la utilidad del sombrero de paja, véase la chispa encima del sombrero (abajo hacia el centro).
Los dimonis siguen bajando, escupiendo fuego por sus tridentes.
A media rambla y por suerte en una zona con calles por las que poder escabullirse, nos sorprenden con una exhibición de potencia pirotécnica. Menos mal que tenía el teleobjetivo y no necesitaba acercarme demasiado. :)
La gente se une y hace piña con los dimonis.
Todos bailan al mismo son.
Aquí mi humilde homenaje a estos fotógrafos y reporteros con algo más de valor que un servidor. Seguro que sus fotos eran mucho mejores, pero yo por si acaso mantenía las distancias, igual otro año me visto más adecuadamente. Mi favorita de toda la serie!
En la llegada a la plaza del ayuntamiento, la furia se desata y las collas de dimonis dejan ir todo su arsenal pirotécnico.
Cuando parece que la cosa se acaba, la estatua central estalla y el entramado de petardos entrelazados por toda la plaza se prende.
Era como estar bajo un techo de fuego, menos mal que encontré cobijo bajo el porche de la biblioteca municipal.
Lo dicho, otro año me tapo más, protejo la cámara y a sacar mejores fotos.
La gente empieza a descender por la rambla principal, se acercan los dimonis!
La multitud se mezcla con los dimonis, ataviados con mangas largas, sombrero de paja y gafas de sol (cosa que no se puede decir de este novato que habla).
En esta foto, se puede apreciar la utilidad del sombrero de paja, véase la chispa encima del sombrero (abajo hacia el centro).
Los dimonis siguen bajando, escupiendo fuego por sus tridentes.
A media rambla y por suerte en una zona con calles por las que poder escabullirse, nos sorprenden con una exhibición de potencia pirotécnica. Menos mal que tenía el teleobjetivo y no necesitaba acercarme demasiado. :)
La gente se une y hace piña con los dimonis.
Todos bailan al mismo son.
Aquí mi humilde homenaje a estos fotógrafos y reporteros con algo más de valor que un servidor. Seguro que sus fotos eran mucho mejores, pero yo por si acaso mantenía las distancias, igual otro año me visto más adecuadamente. Mi favorita de toda la serie!
En la llegada a la plaza del ayuntamiento, la furia se desata y las collas de dimonis dejan ir todo su arsenal pirotécnico.
Cuando parece que la cosa se acaba, la estatua central estalla y el entramado de petardos entrelazados por toda la plaza se prende.
Era como estar bajo un techo de fuego, menos mal que encontré cobijo bajo el porche de la biblioteca municipal.
Lo dicho, otro año me tapo más, protejo la cámara y a sacar mejores fotos.
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